Dos cuarentones con problemitas se disponen al fin a hacer esa película con la que llevan por lo menos 10 años amenazando a todos sus conocidos. Se vienen tan arriba que ya están rodando el making of. Veremos cómo divagan sobre el cine, cómo lo critican todo de muy poco políticamente correctas maneras y hasta cómo se arrancan a hacer un casting loquísimo en busca de su actriz protagonista pese al pequeño problema de no tener ni guión ni puñetera idea de lo que están haciendo. Y es que, lo que tampoco sospechan, es que ellos mismos están en las terribles manos de un loco peligroso.
Norberto Ramos del Val (siempre dos apellidos porque el segundo parece aristocrático) lleva toda su vida montándose películas. En los noventa hizo todos los cortos que pudo como director, productor ejecutivo agresivo o lo que saliera, consiguiendo un montón de años después rodar su primer largometraje, Muertos comunes (2004). Sus superproducciones de presupuestos ridículos se encadenan desde entonces con títulos de lo más variaditos, pero siempre con gotas o litros de género fantástico. Películas como El último fin de semana (2011), Summertime (2012), Amor tóxico (2015), Call TV (2017), Lucero (2019) o ¡Ni te me acerques! (2020) pueden fascinarte o cabrearte, pero jamás te dejarán indiferente.